jueves, junio 30, 2011

«Discurso del piloto automático», de Juan Cameron




 
Así en una cuadrilla de aviones de combate 
planeamos sin ningún objetivo 
Pasas por los mapas sin tocarlos 
imagen sobre el espejo de la realidad 
Pájaros no somos migratorios y el sol: 
un balón desinflado pateado por arcángeles 

Vuelas 
vamos hacia distintos rumbos por otras estaciones          las ciudades 
despiertan como iguanas de luz aferradas al mundo 
El Ecuador es un trazo en el cielo 
divide nuestras alas así la noche de la primavera 
Está allí ante tus ojos –ábrelos–      dibujado en tu mirada 
tus movimientos crean el paisaje 

Es aquel yo navego 
pero un bosque de nubes       una ciudad de esculturas de crema 
un cementerio de icebergs separan nuestro vuelo 
(tu piel está hecha de aluminio de naves 
tu corazón es una caja negra) 

Ahora tu rostro se difuma       giras de curso 
te pierde dibujada sobre las ocres lomas 
Ningún caza enemigos vendrá del horizonte 
Todo está previsto desde tu plan de vuelo 
Está bien sigue la nada 
tu piloto automático te ha obedecido sin discutir 
sin ver la tierra germinar allá abajo




en Fuegos en el umbral del milenio (Antología de poetas chilenos), 
ed. de Andrés Morales, 1998













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