sábado, noviembre 07, 2009

Entrevista(s) a Bill Murray

Fragmentos de las entrevistas hechas por Beatrice Sartori -para Luna de metrópoli- y por Diego Lerer -para El Clarín-.



I

¿Qué es Flores rotas, una comedia triste o una película de carretera?
Yo diría más bien que se trata de una historia psicológica de detectives. Mi personaje, el solterón millonario Don Johnston, no sabe qué hacer con su vida hasta que le llega la noción de la existencia de un hijo del que nunca supo. Sigue su pista a través de las amantes que usó y abandonó años atrás. Le resulta difícil salir en busca de su pasado y reencontrar a los amores de su vida. Le afecta el daño que causó pero también, y quizá más, descubrir el amor verdadero que dejó pasar.

Sus últimos trabajos sorprenden por su minimalismo interpretativo y su lacónica ironía. Muy lejos de los tiempos de Los cazafantasmas...
Le agradezco esta alta valoración, pero quizá lo que me está ocurriendo es que ese minimalismo procede directamente de la progresiva pérdida de mis habilidades y talento interpretativos. Bueno, quizá la razón de todo esto es que aprecio más sugerir que parlotear. Creo que las emociones son más fuertes cuando se transmiten con gestos, con las miradas más que con las palabras.

Wes Anderson, Sofia Coppola y ahora Jim Jarmusch. Trabaja con los más prestigiosos directores vanguardistas.
No se trata de un plan preconcebido sino de películas que deseo hacer. Wes me sedujo con Rushmore y ahora es un viejo amigo, casi no nos tenemos que hablar cuando trabajamos. A Sofia le costó muchísimo convencerme, de hecho sus amigos me comentaban que había escrito Lost in Translation inspirándose en mí, hasta su padre me habló de ello y yo me resistía. Ella me convenció, sin saberlo, cuando vi Las vírgenes suicidas. Y Jim...

¿Cómo le propuso Jarmusch el proyecto?
Bueno, la cuestión fue que me planteó otra película. Me gusta mucho cambiar impresiones con los directores y a través de nuestras charlas comenzar a hacernos confidencias sobre nuestras historias amorosas y aventuras sentimentales. Un día, me llamó para decirme que tenía otra historia, Flores rotas. Me entusiasmó ese hombre vacío que se comienza a cuestionar todo, que empieza a vivir en la duda permanente. Don Johnston no cesa de interrogarse acerca de su pasado y su presente, acerca de las mujeres que amó. El camino que transita es muy interesante y no hay respuestas definitivas. Creo que la película logra preservar un lado misterioso.

Como en Life Aquatic, su personaje vuelve a plantearse la búsqueda y naturaleza de la paternidad.
Bueno, eso es cosa de Wes y Jim. Yo nací en medio de una familia de nueve hermanos, seis chicos y tres chicas, y a mi vez tengo seis hijos, todos varones. Pero son exactamente la paternidad y las preguntas que me hago acerca del legado que puedo dejar a mis hijos lo que informa a mis personajes. Y pienso en mi padre Edward, que murió muy joven, a los 46 años, dejando una enorme progenie detrás. Para películas como Flores rotas uso mis propias dudas acerca de qué es lo mejor que puedo legar a mis hijos. Y fue una idea de Jim que mi hijo mayor Homer aparezca en la última secuencia de la película. Creo que le proporciona un gran efecto.

En este personaje, ¿hay algo de usted, un «toque Bill Murray»?
Lo que Jim me permitió fue un espacio de gran libertad y tiempo. Eso me permite trabajar los progresos del personaje a medida que avanza la película. Es mi condición, que nunca negocio.

¿Es cierto que no tiene agente y que hay que enviarle los guiones a una cabina telefónica que usted designa a través de un contestador automático?
No tengo agente ni publicista. No necesito intermediarios. Y, mire, siendo una persona pública, a veces me veo fastidiosamente molestado por personas a las que no conozco. Hay otras que conozco y aprecio, otras que aprecio pero olvido fácilmente y otras, definitivamente pestíferas. Y sé cómo protegerme. Es por eso que vivo en Nueva York y no en California. No hay nada peor que estar rodeado por gente del negocio del entretenimiento con enormes fortunas.

Usted se educó en el Colegio Loyola de los jesuitas en su localidad natal y más tarde estudió en La Sorbona. ¿Cuáles son los beneficios de una educación europea?
Siempre me he sentido muy afín a la cultura y forma de vivir europeas... desde mi infancia en el colegio jesuita. Y, sí, estudié en La Sorbona durante cuatro años durante los 80 e, incluso, uno de mis hijos nació en París. Me siento uno de los norteamericanos más europeos de mi país. Y me parece nefasto el aislamiento en el que el presidente Bush Jr. nos hace vivir hacia el resto del mundo, una prepotencia a menudo basada en la ignorancia. Y lamento profundamente la guerra contra Irak.

Un cuarto de siglo ya en el cine, además de su carrera en la televisión. ¿Cuáles elegiría como sus momentos favoritos?
Hhhhhh-mmmmmmm... el maquillaje blanco-kabuki para Tim Burton en Ed Wood, los dos mordiscos que me propinó la marmota durante el rodaje de El día de la marmota y cuando le rompí la nariz por accidente a Robert De Niro durante una toma de Perro Bravo y Gloria.



II

Se sabe que la fama te incomoda...
Cuando alguien me dice que su sueño en la vida es ser rico y famoso yo le digo: 'Primero preocúpate por ser rico'. Eso alcanza. Tener dinero cubre casi todas las necesidades. No hay ningún lado malo en ser rico, a lo sumo te piden plata tus parientes. Ser famoso, en cambio, es un trabajo de 24 horas al día. Yo probé de todo: dejé de dar autógrafos por un año, pero nada sirve. A una ameba la puedes pinchar diez veces y se reconstituye, pero si la pinchas mil veces la célula colapsa y se convierte en nada. Ser famoso es eso. Cuando la gente te para por la calle y te dice ¡Ey! cien veces por día, te transformas...

¿Y cómo haces para manejarlo?
Mientras la gente es amable, está todo bien. Si es ruda o agresiva, ahí empiezan los problemas.
...
El día de la marmota se convirtió en un clásico. ¿Cuál crees que es la razón?
Es un guión brillante, uno de los más brillantes de la era moderna, de una percepción extraordinaria. Si no cambias, vas a vivir todos los días el mismo día. Hay mucha gente que se ha sentido muy tocada por ese film. Gente que ha sentido que es una mirada moderna a una búsqueda muy profunda y espiritual. Janet Reno, la Fiscal General de los Estados Unidos, me contó que en su oficina, cuando contratan gente, le dicen: 'Aquí, hoy es El día de la marmota y mañana va a ser El día de la marmota. Acostúmbrense. Y si no les gusta, lárguense'.











2005, 2004










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