Un rayo de alba ingresa por la ventana
baja por su cuerpo tendido
entre sombras y líneas rojas
para dibujar un torso ondulado
Su imagen plasmada en el espejo
mantiene un goce incesante
que revela los secretos de la carne
y contiene el éxtasis de mis ojos en sus nalgas
Aunque las sábanas sepan
que otros serán los que luego se abriguen con ellas
guardan nuestros nombres
en el sudor de una luna empañada
Bajo su piel de púas y palabras desnudas
circula la costumbre de tomarnos de las manos
a destiempo como un tren que erró la hora
Afuera donde caen las gotas de un viejo árbol
en busca de un súbito suicidio
divago contigo acostada en mi muslo
como una botella en el océano
en busca de una llama extinta
¿Será necesario inventar
un idioma que comprendas
o es que no te das cuenta
de que todos andamos
en busca de un eco perdido?
en Mar de ecos, Amotape, Lima, 2014
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