Valparaíso,
Chile, 1932 – Berkeley, California, EE.UU., 2019
El siquiatra chileno
Claudio Naranjo, divulgador del eneagrama, candidato al Nobel de la Paz y
pionero en la integración de la sicología occidental y las corrientes
orientales, aseguró que "el mal de nuestra cultura es que mira más hacia
fuera que hacia adentro", y que "la educación debería enseñarnos a
mirar hacia adentro”, ya que “nos han criado para la ceguera”.
¿Qué es el eneagrama?
Una herramienta
de autoconocimiento, la más completa.
¿En qué consiste?
Es un
mapa de las nueve pasiones que conforman tu personalidad: te ayuda a conocerlas
y así identificar cuál de ellas te domina.
¿Cuáles son esas nueve pasiones?
Ira,
orgullo, vanidad, envidia, avaricia, cobardía, gula, lujuria y pereza.
Suenan a los pecados capitales...
Los
griegos ya enumeraron casi todas esas pasiones, llamadas luego “pecados” por el
cristianismo, y que son a su vez los nueve eneatipos del eneagrama.
¿Y una de esas pasiones me domina?
Siempre
hay una dominante sobre las demás: identifica cuál es la tuya, y así podrás trabajarte
para equilibrarla con las demás.
¿Con qué fin?
Dejar
de actuar reactivamente, con automatismos, como una máquina: ante cada situación
serás capaz de actuar con conciencia.
¿Cuál es su pasión dominante?
La
avaricia.
¿Sí?
He
temido siempre quedarme sin nada: temeroso de la precariedad de mis recursos, me
ha costado invertir en mis capacidades, he desconfiado de mí... Y eso me ha
dejado en el filo del vivir, una vida por vivir.
¿No ha podido dominar esa avaricia?
Ya
sí, pero ha sido difícil. Ya lo dijo Churchill: “El hombre se tropieza con la
verdad, pero se levanta y sigue su camino”.
¿De dónde proviene el eneagrama?
De un
esoterismo cristiano de Asia Central, que divulgó por Europa una especie de Sócrates
ruso de principios del siglo XX, Gurdjieff. Y de él lo aprendió Óscar Ichazo, que
me lo enseñó en el desierto de Arica.
¿Cómo fue usted a parar al desierto?
Era
1970, yo pasaba el peor momento de mi vida... Y me retiré durante seis meses.
¿Qué le había sucedido?
Mi
segunda esposa tuvo un accidente de automóvil y murió mi hijo de once años.
Sobreponerse debió ser duro...
Yo
tenía 37 años y me tendía en su camita y pasaba horas y horas llorando. Un día
entendí que era llanto por lo que no había podido quererle. Sentí su presencia y
dejé de llorar.
¿Y qué aprendió en el desierto?
Yo
era médico psiquiatra. Vi que la medicina farmacológica abordaba síntomas, pero
no la raíz del problema del paciente: la dejé para ejercer como psicoterapeuta.
¿Es muy malo que mande una pasión?
Lo
malo es que en ese caso tu vida será más pequeña, automatizada, dilapidarás
energías, pudiendo vivir más plenamente.
¿Qué automatismo le hizo ser médico?
A los
seis años vi la luna llena y le pregunté a mi madre qué era eso. Me dijo que
era un cuerpo celeste, como lo eran las estrellas, los planetas, y me habló de
la gravedad. Experimenté un intenso placer ante esa vislumbre de conocimiento, y
busqué repetir ese gozo. Eso me llevó a la ciencia.
Pero luego dejó la ciencia...
Cuando
sentí que la filosofía y la psicología afrontaban mejor el dolor de la
infelicidad.
¿Cuál ha sido su momento más feliz?
A los
veinte años tuve una relación erótica con una conocida de cuarenta años, y
sentí tanta alegría... ¡El mundo era bello! Sentí la alegría normal del vivir,
y fui consciente de que yo no había estado vivo hasta entonces.
¿Ha llegado a conocerse perfectamente a sí mismo?
En el
centro de la cebolla, si vas quitando capas y capas, no hay semilla, ¡no hay
nada!
¿Qué significa esto?
Que
lo único que hay son los demás. Antes yo me recluía en mi torre de marfil, pero
hoy veo los problemas del mundo...
¿Cuáles son?
Todos
derivan de una estructura patriarcal profunda, de modo que todos se diluirían si
educásemos a los niños de otra manera.
¿Cómo exactamente?
Integrando
intelecto, cuerpo, emociones y espíritu, para ser más amorosos, más libres, más
sabios. Pero para eso es decisivo que primero eduquemos a los educadores.
¿Tenemos una educación no amorosa?
Demasiado
intelectual, institucional, individualista, patriarcal y poco humanista. Nuestra
sociedad sigue siendo machista y depredadora. Ya decía Cicerón: “Cada senador
es sabio, pero el Senado es un idiota”.
¿Solución?
Integrar
intelecto, amor e instinto, nuestros tres cerebros. Abrazarlos a los tres de
verdad. Por ahora, el intelecto ha eclipsado el amor y ha demonizado el
instinto.
¿Debo dejarme llevar por mi instinto?
Si te
arrastra, no eres libre: se trata de aliarte con tu instinto.
¿Qué pasión domina hoy al mundo?
La
vanidad. Se expresa en la pulsión por el éxito económico, la supremacía
tecnológica, la confusión entre valor y precio...
¿Hacia dónde se encamina el mundo?
Muchos
son los llamados, pero muchos son también los sordos. Hay una pulsión de transformación
cierta, pero pasa por encender la luz y ver en tu propia oscuridad.
Y si lograse encenderla, ¿qué veré?
Sabrás
que todo es pulsátil, que todo late. Si buscas el yo, acabarás topándote con la
ausencia de yo: lo transformador es sentir el ser. Si eso sucede, tendrás días peores
o mejores, pero recordarás el sabor del ser.
¿Un consejo definitivo?
Ocúpate
del reino del corazón y el resto te llegará por añadidura.
Diario La
Vanguardia, España, 17 de enero de 2012
Tomado de http://www.claudionaranjo.net/
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