domingo, mayo 13, 2018

“Balada del antiguo amor”, de Roberto Meza Fuentes





La canción me brota en todo lugar:
fluye como cándida fosa del rosal,
como fuente clara de su manantial.
Nunca, nunca, nunca
te podré olvidar.

Siguiendo tu huella me pierdo en el mar.
Las olas arrullan y encienden mi afán.
Tus manos en ellas llamándome están.
Nunca, nunca, nunca
te podré olvidar.

Sombra de tu sombra que nunca verás,
sin que tú lo sepas a tu lado irá
bebiendo de tu rosado panal,
tejiéndote alfombra fresca y musical,
dándote su humilde rocío cordial
como un sorbo prístino de aire elemental.
Nunca, nunca, nunca
te podré olvidar.

Rompiste mi vida sonriendo, quizás
como arranca el niño rosas del rosal,
como hiere alas que quieren volar.
Y yo nunca, nunca
te podré olvidar.



en Las mejores poesía chilenas, 1949

(Selección de Alone)











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