“Claro que se puede”, dijeron
Los últimos bandos románticos
“Claro que se puede”, volvieron a repetir
Pero no podían salir de la torre
De la torre de sus sueños
Entonces cerraron los ojos
Era lo único que sabían hacer
Y con los ojos cerrados comenzaron a recordar
En el comienzo de los tiempos algo volaba...
Eran dragones o patos salvajes
Algo por el estilo
En el cielo
En el mar
En la montaña
Y cuando los últimos bandos románticos abrieron los ojos
Comenzaron a reír sin parar
A reír sin parar y sin miedo
Hasta caer de la torre de sus sueños
Y quedar para siempre
Suspendidos en el aire
en
Los ingleses de Sudamérica, 2007
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