miércoles, mayo 24, 2017

“Boom boom”, de Rodrigo Severin



 

El día uno, cual Charlot, terminé sin quererlo casi liderando una protesta por los derechos de los hombres (masculinos). Entre otras cosas, me ocurrió algo más o menos así:

De repente veo a un viejo sabio, vestido en tonos rituales anaranjados que viene y me saluda amistosamente, en medio de la protesta. Su cara irradiaba simpatía, con el pelo y barbas abundantes y canos, y una sonrisa que sólo se dibujaba por la cuerda natural entre ambas comisuras. “Where are you from?”, me pregunta. “From Chile”. ”Oooooooooooh, South America!”. Asentí. “Good!”. Le pregunté por el motivo de la protesta. Mientras me explicaba, retrucaba con su preguntas para inquirirme. Cuando le dije que quería ir a Parvati exclamo: “¡Aaaaaaaah… boom boom boom!”. Entornando los ojos y multiplicando su simpática cara a niveles indescriptibles, pues desde el primer vistazo parecía imposible mayor exaltación facial. Los  cachetes rojos que montaban la barba como que se inflaron aún más; los ojos se le achinaron, y parece que los globos oculares se sobresaltaron de tal forma que el iris y las pupilas crecieron; la cuerda se encorvó hacia arriba; los anteojos le colgaban ahora, de la nariz, y en combinación con los ojos trazaban un destello que revelaba su alma en toda su espléndida desnudez. Ya se me agotan las palabras para describir la dicha del santón cuando le dije: “I am boom boom now”. “Do you have?”, preguntó de un latigazo. “Yes”. Su dicha ya me resultaba escalofriante, aunque su expresión, y esto es lo asombroso, se mantenía “petrea”; pues las alteraciones que apreciaba en su rostro durante la conversación carecían de afectación: eran más bien la expresividad radiante que emergía virtualmente como una vibración. Me dijo que fuéramos al boom boom. Estuve a un tris de aceptar, pero me bajó toda la paranoia por la cantidad de policías circundantes. Le ofrecí un pedacito de boom boom a cambio. “Very good! Thank you!”. Nos despedimos alegremente y me alejé con un leve dejo de arrepentimiento. Debí haber asumido los riesgos, pienso ahora, porque este hombre encantador me estaba ofreciendo su amistad.



India, mayo 2017

Inédito
 






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