lunes, septiembre 05, 2016

"Más allá de las islas afortunadas", de Miguel Muñoz

          



I

Apunto al silencio de nuevo día.
La paja bajo mi cabeza se encoge y se agita
en el fuego parvo
Las manos en el suelo esperan dar
el empuje inicial
En el cielo flotan nubes en pedazos
desgajados.
Vuela el pájaro y los insectos suben por mis
brazos,
un frío - calor transcurre por mi cuerpo.
En las montañas los arbustos cubren laderas,
se agarran monótonamente en cada pedazo
de tierra.
El sol arranca el frío - calor y se pone
sobre mi cabeza
Los pies rascan el suelo en ir y venir
de arbustos de la montaña
Siento de nuevo la lentitud del sol
y de su lumbre arraigada en el paisaje,
en cada hoja un espasmo
de la vieja monotonía.

Me levanto de un salto.





I I

Corro por los valles
haciendo saltar las piedras,
el pájaro me acompaña
en mi carrera.
Las botas resonantes se hunden
en las briznas enhiestas.
Arribo donde los árboles
me interrogan,
yo digo
Amanecer
Valle
Piedra
Árbol
Sumérgete en mi cuerpo.

(Pregunto . . .)





I I I

Serán los gritos
de reptiles,
los párpados
blancos,
en el blanco
cieloazul
de mediodía
van ahora
merodeando
sobre los tejados
en el otro lado
del mundo,
en silencio sus
bocas abrirán
y sonará un eco
de dragones.
Vengan entonces
los panderos
y cubran
las escamas
relucientes
haciendo brotar
sangriazules
copos flotantes
hacia el desierto.

En la primera visión:
Un hombre olvida su bulto.

En la segunda visión:
El animal de los dos dientes.

En la tercera visión:
Un primer movimiento, ¿el oasis?

Cúpula de mis sueños
Cúpula de nogales
Cúpula de los estertores

y pregunto,


cúpula,
¿serás sólo imaginación y reflejo?





I V

Son figuras que tocan
la piel convulsa,
Es el árbol entregado
a esta carne
que simula el canto
de retorno.
Estas manos crecen
van más allá de las figuras,
Tentáculos son de sangre
y savia
del árbol
que dentro tengo,
Ecos son de bosques
y malezas,
células transcubiertas
en el flujo de materia.

Son otras las dimensiones que registran

“los lugares de tierras apartadas”

hasta ellas piden ir, rápidas,
a lo largo de tantos ríos.





V

En el primer espacio
un jardín sin líneas,
En el segundo espacio,
un globo de penacho,
muchos puntos blancos
transeúntes en la nieve.
Desde allí oigo
músicas ajenas
que mientan mis tobillos:
las figuras llaman
pierde      pierde,
son “la luz de voces
apagadas” que el globo
de penacho
cuando me traga
retiene.

________________________
FRONTERA GLOBO
_____________________________
ESFERA
________________________
todo “esto” abarcó
las líneas
paralelas





V I

Es una ciudad amurallada
de muchos colores

Toqué a la puerta,
un hombre en la torre
gritó
Ahí está el enemigo

Dije
Traigo un árbol
dentro de mi cuerpo

Por esto no puedes entrar
Y la turba de arriba
me lanzó piedras ⎯
Ah!
¿por qué herís
a quien os ha conocido?
Dejadme entrar
que mi tiempo se acaba.

¿Es que acaso
tus músculos
               no son sangre
y tus manos
     no están destrozadas?

Grité
No soy culpable

Nombras lo encerrado
en la náusea de tu cuerpo,
dijeron desde las viñas.

Entonces me alejé
de la ciudad amurallada.
Caminé por los campos de trigo,
el viento se llevaba
la savia que corría
por mis brazos,
el barro entraba
en los pies abiertos
por las piedras.

Los hombres del campo
pasaron con los gritos
      Noche
                  llévalo
      Sol       escóndelo ⎯

Recorrió así el temblor
mi extrema forma,
oculto por la hierba
separé en la mano
un terrón fresco ⎯
era ésta una ciudad ajena:
del otro lado dirían
Vedle que llega
con un árbol
dentro del cuerpo”
y dejarían sus albergues
acercándose al que viene
de más - allá - del - bosque.

Mi cuerpo pesaba,
cada paso me llevó
hasta la noche
y los copos de nieve
cubrieron
cada paso,
y fui sintiendo
el frío
nocturno.





V I I

En el pecho
desnudo
rojo
saltan sueños
de un lado
de la tierra,
magníficas
figuras
vienen a sentir
el frío del
dormido.
Traigan
las escalas
los biombos
los zancos
y venga
el eremita
a esconder
párpados
ventilados
de tanto
origen y
alabanza.

Savia figura y ensueño,
muerto.





V I I I

Materia revertida
                  o pura superficie,
pregunta el que viene
de - más - allá - de - las - nieves.

La lengua se destroza, caen
sus vestidos circulando
por el suelo

ya no consigue decir ⎯

      ¿y dónde aplicar la firme libertad?
                                             que
     Madre                    arsenal








L U N A
espuelas
AZUL   mediodía        hijos
de la ciencia
trajeron hasta él
murmurando.





I X

En el sueño se recobra
el dormido otra vez camina
hacia las murallas de la atracción

Es en la huella donde encuentra
la figura descuartizada que huele
a través de carnes abiertas.

Ésta dice
vete al bosque

pero él ahoga
su último
quejido.
       . . . . . . . . . . . . . . . .

// Esto no fue todo //

Mientras el suelo recogía poco a poco la sangre
de aquella figura, en medio del balanceo del
trigo en el campo que rodeaba al globo, puso él
sus oídos contra el largo muro, el ruido quieto
de sus ropas flotando por el aire de la mañana:

caminó agazapado durante siete días,
sosteniendo el muro,
confundido a ratos
en lo macizo de la morada.

No había sonidos,
sólo una vez algo
envuelto en sollozos

      A h    la flor!
                      el sol                   argolla de la tierra

¡mis pájaros!
alundaras ⎯
¡mis vírgenes!

los colores
            salid

Salid todos de esas calles!




Y algo proseguía:
               Qué dejar salir
en esta ciudad vacía?
               Qué explorar?
               Cómo ofrecer mi lengua,
mis codos abultados?
        Piedra y tiempo
        decidme cómo habéis escogido
        entre los minerales!
Habladme de los rostros llevados
        hasta vuestra apariencia impasible!
Reveladme la composición de la carne
        agujereada en la extrusión de los oros!
        Decidme cómo he avanzado
para estar en la superficie!





X

DE    NUEVO
                Ah!
                                cómo templar ese poder
secretado del miedo?
I  -  A
                                                        cómo eliminar el sabor
          fangoso aglutinado en mi boca?
seca            sécame este río del escarnio
de las cosas
arrastra los principios que formularon
ya unas leyes
I  -  A
                                dónde están el continuo
                olvido,
la primera información?

Y - algo le viene:

cIenciA!                 (dice el agazapado)

                                dónde segregaste mi temor?
deja            déjame expulsar la mole
de adentro!

Y haciendo su cuerpo hacia un lado
comienzan los gritos:

“En transparente ciencia de la tarde
acordonaré al hijo de mi libertad
“En los asnos que vienen hasta mí
trotando, en los animales sedientos,
desataré al hijo de mi libertad
“En las hembras del monte
recogeré al hijo de mi libertad”

El agazapado
husmea ahora
husmea
babea ahora
babea,
girando con brazos
abiertos
en torno a la ciudad
de más - acá - de - las - nieves:
estos muros
reciben sólo
el doloroso orinar,
inquieta especie
de su cuerpo
adolorido.

Savia   figura   y   ensueño,
muertos.





X I

no es ésta la tierra que mana
leche y miel
ni tiñen aquí las ovejas sus propias
lanas
                        (         )
                (                          )

es el globo que deshace
la erecta simetría

        a h      jardín
a h      espacio

del cuerpo compacto de incerteza
que reunió a los jocundos en el
terrado rojo              allí penden
finas líneas hasta las nieves:
esta es la dirección de
sus órganos
tomada entre el bosque
galante
por no ser insinuación
ni pericia

sobre las pinturas borrosas
pasan dedos donde no se cría
la natura lenta

el frágil dedo fue
espacioso          tardo

la piedra
la veta
arista

el tendón fuerte

(¿monta aquí el león la cabra?)

la veta
arista

desde allí la vieja
                        muestra un daguerrotipo
                al recién nacido
que estruja su pequeño sexo
                poniéndolo en movimiento




1975 - 1980








en Atrasgos, Ediciones GrilloM, 2016

























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