miércoles, marzo 04, 2015

“A los que babean por la ‘pobreza’ de Mujica”, de Marcelo Padilla






Me tienen harto con la difusión de la "pobreza" de Mujica. Mujica es Mujica y es presidente de Uruguay, pero no tenemos por qué tener todos los países de la región un presidente como Mujica. Pasa que el viejo topo “vende”, no sé si él mismo lo hace a propósito, pero sí sabemos quienes son los compradores-difusores de esa fantasía del “presidente pobre”: los medios, la oposición de centro-izquierda, los Radicales y hasta sectores de la derecha histórica en Argentina viven alabando a Mujica por su austeridad franciscana, como si ello en sí mismo constituyera "la transformación de su país".

Es un mandatario de un país hermano a quien hay que bancar en el marco de un proceso común latinoamericano que busca unirse para hacer más fuerte a Sudamérica (a través de UNASUR, por ejemplo) y no descontextuar simbólicamente su estilo de vida, los trapos que viste y la casa que habita, de aquél.

Sería ideal que pasaran muchas cosas que no pasan en Argentina, pero las gestiones hay que evaluarlas no por cómo se visten y dónde viven los funcionarios (exclusivamente) sino por los resultados en materia de empleo, soberanía política y económica, políticas sociales activas en favor de los que menos tienen, redistribución de la riqueza y de la palabra y comunicación, política de Derechos Humanos, entre otras.

El viejo Mujica es un viejo zorro que me cae bien, aclaro, hace un buen tiempo que la derecha uruguaya no da pie con bola como oposición. Es cierto además que en el país hermano hubo un mejoramiento, tibio,  de la calidad de vida de los uruguayos desde que el Frente Amplio gobierna; tienen a un pueblo hospitalario, buena gente, una cultura ejemplar, son respetuosos y dignos.

Dicho esto, sin embargo, Mujica no solo no ejerce el liderazgo de la región porque en Uruguay todavía no se han realizado cambios estructurales como por ejemplo sí los hizo Fidel, Hugo Chávez, los intentos de Correa y Cristina con sus resultados positivos a la vista, Evo, entre otros; sino que además, en Uruguay se vive un proceso distinto donde el margen de maniobra del estimado Pepe es estrecho frente a los poderes concentrados de su país.

Cruzar a Uruguay por el río es imposible debido al altísimo costo que impone la monopólica Buque-bus que opera en la zona. No hay otra posibilidad de cruzar por agua que no sea a través de Buque-bus.

Punta del Este es el símbolo de la frivolidad en toda Latinoamérica, los canales de televisión uruguayos tienen una programación en la cual gran parte de la misma toma señal de canales argentinos que se ocupan de la farándula. Además, se sabe, siempre fue un paraíso fiscal, una especie de Suiza en el Río de la Plata.

La población afrodescendiente, que llega al 8% vive en condiciones de pobreza, concentrada en los barrios del sur montevideano, en su mayoría. Viven un proceso de importaciones favorecido por las políticas oficiales en detrimento de la tímida industria local de base primaria. La industria frigorífica se encuentra en manos de capitales brasileros y norteamericanos en más del 50%  y se mantienen en buena sintonía con los organismos internacionales de crédito, entre ellos el FMI.

Todo ello y más nos muestra a un país lejos de tomar como modelo, al menos en sus políticas de gobierno.

Pero no es intención de esta nota evaluar a Mujica sino a quienes, repito, hacen uso, en la región, de su imagen de presidente pobre a imitar. Justamente los que lo promueven aquí no se bancarían a un tipo que habla y se viste como un hombre de la calle, un jubilado. Lamentablemente, aclaro.

Y es a la hipocresía a la que me refiero. Con solo decirles que Mujica fue dirigente Tupamaro, ex guerrillero, preso político en dictadura, que apoya discutir sobre la despenalización de la marihuana, la despenalización del aborto, entre otras ideas de avanzada, saldrían espantados. Pero no. La idea de mostrar a un Mujica pobre tiene como objetivo desacreditar en primer lugar a nuestra Presidenta, y de paso a todos los mandatarios sudamericanos que han enfrentado procesos destituyentes por parte de la oligarquía con el apoyo de lo más retrógrado de las clases medias conservadoras y los medios de comunicación.

En fin, se les cayó Capriles en Venezuela, les da vergüenza Piñera en Chile porque no les da para un Macri (que se hizo rico gracias a los negociados de su padre con la dictadura), y ahora babean por Mujica, ya viejo, más cansado, honesto, pero que no deja de parecer un abuelo que da buenos consejos tomando mate.



en Mendoza on Line, 19 de enero de 2013



Una opinión de interés sobre “San Pepe Mujica o cómo nos venden que el Capitalismo puede funcionar con políticos honrados”, en:






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