miércoles, diciembre 03, 2014

“Un viejo abandona la fiesta”, de Mark Strand

© Traducción de Juan Carlos Villavicencio


(1934-2014)


Quedó claro cuando dejé la fiesta
que aunque yo estaba por sobre los ochenta, todavía tenía
un hermoso cuerpo. La luna brillaba como lo hace
en momentos de profunda introspección. El viento retenía su aliento.
Y mira, alguien dejó un espejo apoyado contra un árbol.
Asegurándome que estaba solo, me saqué la camisa.
Las flores de la yuca inclinaron sus cabezas bañadas de luna.
Me saqué los pantalones y las urracas volaron rodeando las secoyas.
Abajo en el valle el chirriante río fluía otra vez.
Qué extraño estar entre los bosques solo con mi cuerpo.
Sé lo que estás pensando. Alguna vez fui como tú. Pero ahora
con tanto tras de mí, tantos árboles de color esmeralda y
tantos blancos campos de maleza, montañas y lagos, ¿cómo podría no
ser yo mismo, este sueño de carne, de tiempo en tiempo?




en Blizzard of one, 1998












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