lunes, julio 28, 2014

"Otro día ha de venir...", de Mahmud Darwish

© Versión de Juan Carlos Villavicencio




Otro día ha de venir, un día femenino
diáfano en la metáfora, completo en el ser,
diamantino y como un cortejo en la visita, soleado,
flexible, con una sombra de luz. Nadie deseará
suicidarse o tendrá la necesidad de irse. Todas
las cosas, lejos del pasado, naturales y reales,
serán sinónimas de sus más tempranos atributos. Como si
el tiempo se durmiera en vacaciones... “Extiende tu grato
tiempo de hermosura. Asoléate en el sol de tus senos de seda,
y espera hasta que arribe un buen augurio. Más tarde
nos haremos más viejos. Tenemos tiempo suficiente
para envejecer después de un día así...”.
Otro día ha de venir, un día femenino
parecido en cada gesto a una canción, lapislázuli en el saludo
y en cada frase. Todas las cosas van a ser femeninas ausentes
de pasado. El agua fluirá desde el seno de la roca.
Sin polvo, sin sequía, sin derrota alguna.
Y una paloma dormirá por la tarde en un tanque de combate
abandonado si no encuentra un pequeño nido
en la cama de los amantes...













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