jueves, enero 30, 2014

"Encuentra el museo viviente", de Lew Welch




A Kirby Doyle,
recordando su casa en Larkspur


       Finalmente no hay espacio para todo. Obras maestras vueltas contra la pared y el sendero que conduce hasta ella plagado de escultura. Las setas crecen en un Teatro para Artaud.

          Y no puedes bajar la mano, incluso accidentalmente, sin regresar con un tesoro en ella – alguna escama desprendida del Planeta, o una pequeña caja espeluznante.

          Cuando abres la puerta, está adornada con cuentas de vidrio y plumas, blanca.

          Vino! Qué bonito! Estamos casi sin vino!

Ha dicho alguien alguna vez, en voz alta, que nuestra tarea es darnos? Que de cuando en cuando tenemos que descansar de ese trabajo? Que este es el lugar de descanso?

          El Hombre de la Montaña regresa. El soldado regresa. El tímido habitante de las alcobas regresa. El marido regresa. La ñiña asustada. El niño que no puede decir, por el momento, cuánta razón tiene.

          Abrazándose. Todo el mundo abrazándose.

          Donde nos mostramos lo que hicimos en soledad. Donde nos decimos todo lo que sabemos.

          Donde recobramos el aliento y lloramos.

          Nos sentamos en nuestros regazos y nos miramos a los ojos, donde el danzante que en realidad es un fauno toca la flauta y las chicas, todas ellas hermanas, cosen y cantan.

          "Adormecidos", como solía decir Keats, "por el humo de la amapola".


Resulta difícil entender a los Coleccionistas. Imposible hacerles ver que está hecho y está hecho y está hecho y no se puede guardar. Brindo por ellos. Fumo por ellos. Me dan lástima. He renunciado. Ni siquiera puedo compartir mi éxtasis.


                    Café en taza endeble.

          Añicos de botellas de anoche en el foso de la basura.

                    Aireadas y guardadas las sábanas las
          chicas, ahora, se hacen trenzas y
                              se pintan los ojos y





                    Mira, Lewie,

                    Aquí viene otro!

          Todos compartiendo la Maravilla como si volviese a nacer a través de nuestras colinas
                                        el Sol





Traducción de Andrés Fisher











en El navegante, diciembre 2013

















2 comentarios:

Pablo Salinas dijo...

Felicitaciones por el blog, está buenísimo.
Un saludo desde Algarrobo

V i l l a v i c e n c i o dijo...

Gracias miles, Pablo.