jueves, septiembre 20, 2012

“Septiembre 20”, de Hernán Díaz Arrieta (Alone)







Tuve la suerte de no encontrarme con nadie conocido en el tren y me sentí arrastrado toda la mañana, a través de los campos y de los cerros, atravesando túneles, pueblos, caseríos, valles verdes cruzados  por cinta de plata y con casitas entre los árboles. Es delicioso viajar en tren. Sin moverse uno, avanza leguas y leguas, medio adormecido por el ruido monótono de los vagones que ruedan, mirando alternativamente un libro y el paisaje que desfila, da vueltas y cambia sin cesar. Lo penoso lo constituye la llegada, el tumulto de la estación, esa vaga ansiedad de despertar que lo espera a uno el término. Y el hotel en que hay un lecho que no es el nuestro, una serie de muebles desconocidos que encojen el corazón y hacen sentirse aislado en el espacio.




en La sombra inquieta, 1997












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