lunes, agosto 13, 2012

“Ezragramas”, de Armando Roa Vial

Desde la habitación 27





A patchwork in progress

A) Invocación a Propercio

“Oh tú, miríada
que lucha, juega y se va,
burlando, retando y engañando.
Nada has conservado de las antiguas divinidades:
lascivas compañías o venerables anfitriones.
En un astuto simulacro
unges esta forma,
sollozando de miedo a la intemperie del lenguaje:
tu, que alzaste el entramado de la rima
para que tu corazón aprendiera a venerar,
para que nadie usurpara tu mañana con un testamento.
Reclamaste la piedad de Perséfone
para que la soberbia y la codicia dejaran de ensañarse,
ahora que Roma es sólo un tardío recuerdo de Roma.
Fue el lodo de la vanidad
quien trajinó los senderos.
Porque el destino ya estaba escrito:
no hay necesidad de consultar adivinos”.



B) RAPALLO & SAINT ELISABETH


El alboroto de la usura
maquinó la discordia:


la palabra es ahora
ojo en cara de ciegos,
oscuridad cautiva
que se cierra y se cierra.

Los templos más sagrados
se remataron al mejor postor:
ay mundo, descalabrado purgatorio,
purgatorio por usura,
            ciénaga tortuosa,
            minuciosa
decrepitud
en manos de sepultureros diligentes:
son los jerarcas del dinero
que esmeran un cadáver para el próximo féretro.

Borrado ha quedado
el paraíso
en el muro de la iglesia: ay, todo por usura,
Eleusis, las putas y Angélico.

Adamo me fecit.
“Omnia,
lo que es, es luz”

(Con Escoto Erígena en Cantar LXXIV:
“sunt lumina: all things that are, are light”)

Y con Yeats: “Con los sueños empieza la responsabilidad”

Y el poeta, “hundido por un error”,
su voz demencial,
enjaulada,
sin dejarse anestesiar por usura,
clavada en la entraña ulcerosa
de una civilización,
aun aguarda –como los gallos del Cid en Medinacelli–
por un nuevo despertar.



C) VARIACIONES E INTERVALOS


Variaciones e intervalos I

El porvenir ha quedado atrás.
Ahora, en la casa de los locos,
bajo la nube sin reposo
de tanto sueño destrozado,
el artesano afloja el corazón.
Los profanadores del lenguaje
le han ganado la partida:
y todo por usura.
Las palabras ya no alientan
entre tanto desperdicio;
apenas olfatean a ciegas,
como una jauría sin amo,
abandonada a su suerte
entre mercaderes que han negociado sus sueños
saboteando a la belleza,
dejando a la usura desbordándose
libremente en ésta, la casa de los locos,
patio trasero del mundo,
donde la delicadeza ha quedado abolida.


Variaciones e Intervalos II

La reverencia ha quedado atrás.
En la casa de los locos
no hacen falta los rituales:
sólo se reza lo indispensable:
por cada plegaria
-silencio desprovisto de temperatura-
la destitución de un dios.
El infierno no enmienda nada aquí,
mundo “sin dignidad ni tragedia”:
los muertos –sombríos administradores en la casa de los locos-
trafican con el polvo usurpado a los vivos.


Variaciones e Intervalos III

El pulso del verso, a destiempo,
rebosando en las letrinas del lenguaje,
cuando la palabra es sólo fuelle
aventando un cadáver,
aquí, en la casa de los locos,
donde el paisaje es sólo
“lascivia del dinero
antepuesta al placer de los sentidos”,
el pulso del verso, digo,
ahora al dictado de la usura,
con su pantomima de significaciones desahuciadas,
con su prosodia moribunda que todo lo arruina
sin dejar nada en pie,
sufragio de naufragios,
usura, cortesía del verso
a las putas que infestan los lechos de Eleusis,
al amor transado y facturado
-todo amor tiene su precio-,
amor que se rinde a los traficantes
de un lecho que hiede a amargura.


Variaciones e intervalos IV

En la casa de los locos
las palabras son un rito supersticioso,
un rito donde nada es digno de veneración:
los niños y los dioses lo saben;
a ellos, ahora, el poeta entrega su fe.


Variaciones e intervalos V


En la casa de los locos
escribe el poeta:
“Por algún tiempo pensé
que las palabras eran mi monasterio
y yo su último habitante.
Pero ya estoy cansado de este juego
Si escribo cielo me lleno de vértigos.
Si escribo tierra me lleno de temblores.
Si escribo luz me lleno de sombras.
Si escribo hombre me lleno de dudas”


Variaciones e Intervalos VI

Nada se asienta
en el poema bajo el mandato de la usura.
En la casa de los locos
la musa es mezquinamente usurpada
y encerrada en un calabozo
de palabras exhaustas
que a duras penas resoplan
con los dientes apretados,
palabras cancerosas,
estorbadoras de la belleza,
sin que nada arborice su terreno:
más bien estero de aguas servidas
empozándose
mar adentro en la muerte,
flotante desnudez.


Variaciones e intervalos VII

En la casa de los locos
por usura
la cicatriz no absorbe la herida:
palabras y cosas
se hunden bajo el peso
de un corazón hambriento de oscuridad,
empedrado a su ruina:
usura, contranatura, amor no correspondido
entre soñar y hacer,
despojo de todo firmamento,
“muerte prematura de todas las estrellas”.


Variaciones e intervalos VIII

Opene inwid-hlemas.
Ealle ic mihte.
Ealle ic mihte.


En la casa de los locos: ealle ic mihte.
“Agita, corazón, mi antigua alma de niño”:

Opene inwid-hlemas.
En la casa de los locos:
Departure: fall from grace;
Absence: spiritual anhilation;
Return: redemption.

In tempore Belli:

            i “Le paradis n’est pas artificiel
                                    but is jagged,

            ii “A man paradise is his good nature”

            iii “Let the wind speak
            that is paradise”











en Hotel Celine, 2003










1 comentario:

lilipoe dijo...

de mis poetas favoritos, su poesía que desgarra entrañas.