sábado, mayo 12, 2012

Cinco poemas de Edvino Ugolini

Traducción de Miguel Muñoz Herrera




The show must go on


Mientras las bombas
desgarran cuerpos
la política continúa su curso
y también las fiestas y los cónclaves
la desgracia de los hombres
y los dramas del mundo
no cuentan para nada.
The show must go on!





Ecos


En el resplandor del crepúsculo
chirriar de golondrinas
mientras lejos
desoídos
retumban
otros sonidos





Saharawi


Desde las dunas y los campos del Sahara
Voces de hombres libres
Templados por el viento candente del desierto
Un pueblo que pide con fuerza
La propia libertad
Ojos profundos dibujados en pergamino oscuro
Pueblo migrante de antigua civilidad
Amalgamado en un puñado de arena
Amargo como la vida
Dulce como el amor
Suave como la muerte.



Nota del Autor: El pueblo Saharawi está luchando desde hace treinta años por su independencia, primero contra los colonialistas españoles, luego contra Marruecos que ha ocupado la ex colonia española. Desde hace años se está esperando una resolución de parte de la ONU.





Líbano 2006


El alba brotaba
sobre cálidas telas orientales
la luna se abismaba
en los profundos meandros
de recuerdos de embriaguez nocturna.

Los cabellos como la noche
exhalan incienso
el velo de tus ojos
baja sobre estrellas de rocío
y ya no recuerdo
el puerto del que he partido.

Otra alba da rugidos
Como bestia rabiosa
Ávida de sangre y sufrimiento
Bombas de piedra caen
Destripando cuerpos inermes
El odio caído del cielo
Oscurece toda esperanza
A la posteridad dejará
El hombre sus culpas.





Un mundo para todos


Desde fosas
salieron los bandidos
para recomenzar
el arcano juego
y la gente huyó
dejando casas y cunas vacías.
Solo el viejo permaneció
y cuando llegaron los esbirros
putrefactos de maldad
la mirada se tornó de plata
y la fuerza de su espíritu
desbordó en mil arroyos.
¿Queréis la vida?
No podéis tenerla
ya que estáis muertos
y el mal que vosotros
habéis venido a traer
no os la puede devolver.
Marchaos pues
y llevad con vosotros
vuestra crueldad
dejad el día a los justos
y la noche a los necios
no tornéis
vuestro viaje
nunca podrá acabar
pero dejad que tornen los niños
que puedan vivir su primavera
y su verano de hombres libres.
Y así fue.
Las hordas dejaron el campo
y se disiparon
en una nube de vidas disueltas.
Tornaron los chicos con sus madres
e inició una nueva primavera.





en Poesie sparse, Roma, 2008




















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