viernes, diciembre 09, 2011

"El último pétalo de la Flor de Fango", de Enrique Giordano

Segunda escena






ZAVALETA: Aplausos, señoras y señores, aplausos a nuestras grandes estrellas que vienen a alegrar e iluminar las noches frías de nuestro océano Pacífico.  (Aplausos).  ¡Con ustedes esta noche, desde Concón, la fiera, la indomable Lola Puñales!  (Aplausos. Lola hace una reverencia).  Y desde nuestro vecino Viña, la bella, la sofisticada, la inigualable Delfina de Viña!  (Aplausos. Ídem).  ¡Gracias, gracias!  Desde el corazón mismo de la patria, desde Olmué,  la generosa, la espectacular, la mega estrella…  ¡La Bomba Atómica!  (Aplausos. La Bomba se vuelve a saludar y sale).  Y para animar nuestro espectáculo con su técnica electrónica de acompañamiento musical, el incomparable, el indispensable…  ¡Pollo Varela!  (Señala al Pollo que saluda desde su aparatillo electrónico).  ¡Y seguimos con esta gran noche de gala en el lugar favorito de todo el mundo que tiene buen gusto…!  ¡El….  Ameeeericaan Staaar!!!  ¡Su casa!!!  ¡Todos juntos!  (El público repite: ¡¡¡Su casa!!!).    ¡¡¡El American Star!!!...  ¡¡¡Su casa!!!  (Salen la Lola, Delfina y la Bomba).  El lugar favorito para todo el mundo que tiene buen gusto, ¡que sabe lo que es bueno!  ¡El American Star!  (Junto con todos).   ¡¡Su casa!!!  ¡¡¡La casa de todo el mundo que está INNNN!!!...  Y esta noche, esta noche, señoras y señores, recuerden que el toque de queda se extiende hasta las 2 de la mañana.  La casa los invita a quedarse hasta las seis.  ¡Esta es la noche de las grandes sorpresas!  Ahh…  pero no se las vamos a dar todas, no.  Se las daremos de a poquito, de a poquitito…  (Risas).  Y para continuar, vuelve aquí con nosotros…  la bella…  la sexy…  la que para el tránsito…  Con ustedes, ¡¡¡Delfina de Viña!!! 

Entra la Delfina. Es una mujer que viste llamativamente tratando de ser elegante y que trata intensamente de emular a Silvia Piñeiro.
Grandes aplausos. Música de orquesta marcando la entrada.

DELFINA (Con exagerado entusiamo a Zavaleta): ¡Me aman, Heriberto, me adoran!  ¡Es que yo soy así, regia, regia y sofisticada!...  (Risas).  Bueno, mis damas y caballeros…  sobre todo los caballeros…  Heriberto Zavaleta y la que les habla, la Delfina de Viña, no de Valparaíso, de Viña…  les damos las mejores de las bienvenidas.  (Lanza un beso).  Alegría en esta noche de luna llena, en su lugar: el American Star que de costumbre les ofrece una noche de sano esparcimiento.  Les reitero que nuestra jornada es de toque a toque.  Después de las seis, podremos volver a sentir en las calles la libertad,  sentir que somos libres como el viento que recorre la ciudad.
DELFINA Y ZAVALETA: ¡El American Star!...  ¡Su casa!...  ¡El American Star!...  ¡Su casa!...
ZAVALETA: Y ahora, damas y caballeros, la gran sorpresa de esta noche.  Nunca sabremos las vueltas que tiene nuestra vida.  Nunca sabremos las entradas y salidas en nuestro gran escenario del mundo.
DELFINA: Mis damas y caballeros, apelemos a nuestra propia sensibilidad y recordemos a aquella gran artista que saltara a la fama desde este mismo escenario, bajo estas mismas luces.
ZAVALETA: Recordemos a aquella artista que diera con nosotros sus primeros pasos en el mundo del espectáculo.
DELFINA: Recordemos a aquella artista que nos conmoviera con sus cuplés,  los que en sus labios recreaban el prodigio de la inolvidable Sarita Montiel.
ZAVALETA: Nos referimos a nuestra gran artista que fuera injustamente acusada por un crimen que no había cometido.  Ahora vuelve a nosotros limpia de toda culpa y con la cabeza en alto, a volvernos a regocijar de su voz maravillosa.  Respetable público, ahora de vuelta con nosotros, les presentamos a la…  ¡Flor de Fango!...  ¡Sí, ni más ni menos que la grandiosa Flor de Fango!...  (Aplausos débiles, murmullos).

Mientras Zavaleta y la Delfina se retiran hacia atrás, Enrique Cabrer Chacón –alias “Flor de Fango”- entra en la plataforma central y un spot de luz cae sobre su figura. 

Viste a la manera de Sara Montiel en El último couplé, pero esta vez no se ha maquillado y no lleva el traje bien puesto. No se ha cambiado las zapatillas y estas tienen manchas de sangre. La Delfina y Zavaleta están estupefactos y no hayan qué hacer. Por una bambalinase ve a la Bomba y la Lola que se asoman y no pueden creer lo que ven. La mirada de Flor de Fango es tenebrosa. Está pálida, desencajada, su apariencia y su actitud provocan un efecto terriblemente disonante con el sitio y el espectáculo. Mira enigmáticamente al público. Se dirige la Pollo Varela y le orden: ¡Caminito! El Pollo y Zavaleta se miran extrañados. Flor insiste: ¡Caminito! El Pollo Varela busca la cinta. Zavaleta se ve preocupado y dice algo al oído de la Delfina. El Pollo pone finalmente la cinta magnetofónica y empieza la música. Flor comienza a cantar, aunque su voz se advierte gastada, como una flor marchitándose.

FLOR DE FANGO: Caminito que el tiempo ha borrado… /…que juntos unidos nos viste pasar… /…he venido por última vez… /…he venido a contarte mi mal…
UN BORRACHO: ¿¡Puta que está cantando mal la huevona!?
OTRO: ¡Esa no es la Flor de Fango!  (Seguido de otros comentarios).
OTRO: ¡Tramposa!
OTRO: Si eso es un tango, yo soy la Marilyn Monroe.
FLOR: Caminito que entonces estabas… /…bordado de trébol… (De entremedio del público sale la Lola Puñales. Señala acusadoramente a la Flor).
LOLA PUÑALES: ¡Ésa!…  ¡Ésa fue la que mató a su madre!

Estupor.
La música sigue por un momento hasta interrumpirse.
Flor la mira con furia.

LOLA PUÑALES: ¡Hay que tener car’e raja para venirse a meter de nuevo aquí!...  ¡Sáquenla del escenario y devuélvanla a la cárcel!

Conmoción entre el público. Chiflidos. Insultos.

FLOR (Dejando de cantar, enfrenta al público): ¡Yo era una gran cantante!  ¡Había cantado en las mejores boites de Chile.  En Santiago, en Valparaíso, en Arica y hasta en Concepción y Talcahuano!...  En todas partes me respetaban, me escuchaban con atención…  ¡Ustedes, rotos ignorantes, no saben apreciar el trabajo de una artista!...

Le tiran vino por la cabeza, piscolas, escupos, etc.
Flor se mira toda mojada. Lanza una terrible mirada de furia.
Le cae un sándwich con mayonesa en la cara. Flor toma los restos y se los tira de vuelta al público.

FLOR: Si esta es la mierda que pueden producir, se las devuelvo, ahí la tienen.  ¡Ustedes no son público, son basura! ¡Cafiches, matones, soplones, informantes, putas, viejos con plata que ni siquiera se les para!...  ¡Cobardes, criminales, torturadores!...
EL PÚBLICO: ¡Marica! ¡Maricantunga! ¡Upelienta! ¡Comunista!  ¡Tírate al Mapocho!  ¡Ándate a jugar con la pichula de tu papi!  (Etc.)

La Flor de Fango, súbitamente, saca un revólver, lo alza en el aire y apunta hacia el público.
Pausa.
Como una ceremonnia ritual, describe un semicírculo con el revólver para finalmente detenerse apuntando a su propia sien.
Silencio expectante. Pausa Tensa.
Se dispara.
Cae muerta.



 2011






Contribución a Dscntxt de Jaime Giordano Mirschwa





2 comentarios:

ANGELICA dijo...

Los pelotudos que hacen comentarios anónimos siempre son unos palurdos que se revuelcan en su propio fango.Gracias por el posteo.Tengo aquí mi libro,firmado por Enrique y será una de mis lecturas de verano.Por lo tanto el comment va después,aunque esta escena me pareció dolorosísima.Qué ganas de verla representada!!

V i l l a v i c e n c i o dijo...

Angélica, lo borramos de hecho... no se necesita ese tipo de vibras en ninguna parte.