martes, julio 05, 2011

“El hijo de Charly”, de Jorge Velásquez







Son tantas las historias que podría contarte hijo
tantos los torneos como muertes picoteándome los ojos
pero vi, te juro, los mejores jugadores en esta isla
cuando tú no conocías representantes
ni la TV se veía con la espesura del monte

Los Álvarez y Yáñez del insular y Víctor Hugo
tomando el mediocampo
de Caguach los Mayorga rápidos como bauda
los Molinas en su bote llinguano construyendo victoria
con la cabeza de Manzani

Vi a Rogelio volando hasta el infinito con una tapada
que tú podrías emular cuando te pruebes en Palestino
cuando a tu isla recuerdes con la Estadio entrevistándote
vi también un extraño espejismo
como si el dolor preparara del respiro sus últimas esencias

“En alguna parte hay un Domingo
y los Torneos se juegan igual sin Profesionales”

Un poco de luz debe entrar a la cocina
para que el abuelo a los pájaros deje salir entre la niebla

¿Quién dirá que el silencio rebota en la amargura?
¿No será el fuego de una espiga adversario de su mito?

Hijo, no te olvides,
No

Los padres deben a los ríos volver sus ojos
cosechar lo que se ha sembrado de madrugada
porque el juego es la sentencia del desamparo.





en La iluminada circunferencia, 2006














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