miércoles, noviembre 03, 2010

“Interrogaciones”, de José Leandro Urbina








En noviembre, después de más de dos meses de ausencia, he decidido arriesgarme a visitar mi casa. Es el comienzo de una tarde soleada y no hay casi nadie en la calle. Me abre la puerta mi madre y yo entro rápidamente. La gran casona está vacía, mi padre y mis hermanos siguen presos. Mi madre ha estado sola todo este tiempo y tres días por semana va al estadio a tratar de saber noticias de los nuestros. Mientras cruzamos el patio hacia la cocina, me dice que tiene la esperanza de que los dejen libres para las navidades. Antes de cruzar el umbral se detiene y tomándome la mano me pregunta:

-¿Usted cree que existirá Dios, mijito?-.

Yo la miro, más pequeña, más envejecida, y pienso que esa mujer que me mira con sus ojos ansiosos, como si mi respuesta fuera un veredicto, ella, mi madre, ha ido a la iglesia cada domingo y fiesta de guardar por más de cuarenta y cinco años. Entonces, viéndola así, yo, que hace mucho tiempo que no lloro, sin responderle, me abrazo a ella y lloro desvergonzadamente.




en Las malas juntas, 2000














1 comentario:

Macarena dijo...

Hace varias semanas me entere que este señor publicaba libros. Leí un par de fragmentos. Ahora, cuando estoy sentada y escuchando nuestras clases de latinoamericana, pienso: que grande es este hombre!