martes, junio 09, 2009

«El guardador de rebaños», de Alberto Caeiro

XLIX / Traducción de Juan Carlos Villavicencio




Me meto adentro y cierro la ventana.
Traen la lámpara y me dan las buenas noches.
Y mi voz contenta da las buenas noches.
Ojalá mi vida siempre sea esto:
el día lleno de sol o suave de lluvia,
o tempestuoso como si acabase el Mundo,
la tarde suave y las cuadrillas que pasan
vistas con interés desde la ventana,
la última mirada amiga dada a la calma de los árboles
y después, cerrada la ventana, la lámpara encendida,
sin leer nada, ni pensar en nada, ni dormir,
sentir a la vida correr por mí como un río por su lecho,
y allá afuera un gran silencio como de un dios que todavía duerme.




10 de mayo, 1914







Pintura: Luiza Caetano





en El guardador de rebaños,
Descontexto Editores, 2018
















XLIX

Meto-me para dentro, e fecho a janela./ Trazem o candeeiro e dão as boas noites,/ E a minha voz contente dá as boas noites./ Oxalá a minha vida seja sempre isto:/ O dia cheio de sol, ou suave de chuva,/ Ou tempestuoso como se acabasse o Mundo,/ A tarde suave e os ranchos que passam/ Fitados com interesse da janela,/ O último olhar amigo dado ao sossego das árvores,/ E depois, fechada a janela, o candeeiro aceso,/ Sem ler nada, nem pensar em nada, nem dormir,/ Sentir a vida correr por mim como um rio por seu leito,/ E lá fora um grande silêncio como um deus que dorme.



















1 comentario:

Flor dijo...

Me encanta la pintura de Luiza Caetano. Tiene pinturas de Lisboa muy buenas.